Luego de una pausa por la pandemia de Covid-19, los embotellamientos de tráfico regresan a las principales ciudades de Latinoamérica. El temor al contagio impulsó la adquisición de vehículos particulares y generó desconfianza hacia el transporte colectivo, por lo que la cantidad de autos circulando ahora es mayor. Sin embargo, esta misma coyuntura es un aliciente para que los emprendedores diseñen soluciones digitales con miras a reducir el tráfico vehicular.
Hoy, los embotellamientos son más que una molestia diaria; representan también pérdidas de tiempo y dinero significativas. Por ejemplo, en 2021, Bogotá (Colombia) fue la ciudad donde los conductores perdieron más tiempo en el tráfico, con alrededor de 94 horas anuales; mientras que, en segundo lugar, en Monterrey (México) el promedio de tiempo en atascos fue de 70 horas al año, según registros de Statista.
Por otro lado, los embotellamientos generan un costo económico anual considerable. En Buenos Aires (Argentina) les cuesta el equivalente al 1.1% de su PIB, mientras que para la Ciudad de México es el 0.5%, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Esto es más del doble de lo que ambos gobiernos locales invierten en educación.
Ante este panorama hay varias propuestas de solución, como mejoras en la transportación pública, incluyendo estacionamientos junto a paradas de metro o autobús; transportes escolares o de personal; infraestructura para ciclistas; accesibilidad para personas con discapacidades; y sistemas de vehículos compartidos, donde se incluyen las apps de movilidad alternativa.
Por ejemplo, Picap es una startup latinoamericana que comenzó ofreciendo en su plataforma alternativas de movilidad urbana en Colombia, transportando pasajeros en motocicletas, que tienen la ventaja de ser más eficientes al moverse en los embotellamientos que los automóviles. Sin embargo, la empresa ha diversificado su abanico de soluciones para abarcar las áreas de mensajería urbana y logística de larga distancia, o renta de vehículos con o sin chofer. Otras apps, como InDrive o Cabify, también experimentan un giro hacia servicios similares.
Este tipo de propuestas ya están dando frutos. En 2022, Picap realizó 35 millones de servicios a nivel Latinoamérica, con cerca de 2 millones de conductores registrados. Esto ha resultado en un ahorro de 60% en el tiempo de los usuarios que han elegido viajar en motocicleta, comparado con el transporte público, y de 20% en dinero frente a otras apps de movilidad.
“Actualmente hay más de 20 aplicaciones de movilidad latinoamericanas, varias ofrecen servicios que van desde patinetas, carros, vans, hasta motos. Cada vez más surgen nuevas iniciativas para solucionar los tiempos en movilidad, pues, hoy por hoy, lo más valioso es el tiempo y las personas buscan optimizarlo en cada trayecto, evitando horas estancadas en el tráfico”, comenta Daniel Rodríguez, CEO de Picap.
Sin embargo, frente a la efectividad de la movilidad alternativa, es necesaria una inversión constante en tecnología e infraestructura para expandir estas soluciones en toda la región. Según reportes del BID, una de las principales barreras citadas por las organizaciones de logística es la falta de banda ancha en las carreteras, que asegure el funcionamiento correcto de las aplicaciones. A esto se suman el alto costo de la transformación y la falta de cultura digital en empresas usualmente familiares, lo que las vuelve reacias a la actualización tecnológica. Por otro lado, de acuerdo con el informe State of Venture de CB Insights, la inversión en startups latinoamericanas descendió 52% en el tercer trimestre de 2022.
Ante este panorama, con un pronóstico del BID de un aumento en la cantidad de vehículos del 40% para el 2030, es necesaria una inyección constante de capital para soluciones digitales en movilidad que suavice un inminente aumento futuro del tráfico vehicular.
Para más información, visite: https://www.picap.app/#/